En declaraciones a los periodistas en el Champalimaud Fundación Champalimaud, en Lisboa, Marcelo Rebelo de Sousa afirmó que ya había asumido esta postura recientemente, ante el "crecimiento en algunos sectores de la opinión pública portuguesa hacia una visión crítica, que culmina inevitablemente en esta escalada hacia la disolución".

Y reiteró: "No, no cuenten conmigo para eso. Por lo tanto, es mejor, de entrada, no contar. Pueden contar conmigo para tener el mismo comportamiento institucional que tuve durante siete años".

"El Presidente de la República, ante lo que parecía a muchos un coro de críticas en relación con la gobernabilidad que apuntaba casi a la disolución, dijo: no, no cuenten con la disolución. Ahora, es fundamental que el Gobierno gobierne y gobierne bien", añadió.

Cuestionado sobre su relación con el Primer Ministro, António Costa, tras los casos que han provocado ceses en el Gobierno, Marcelo Rebelo de Sousa se declaró "totalmente estable en términos institucionales" y consideró que los portugueses lo saben.

"Vengo del centro-derecha, durante cuatro años facilité un Gobierno de centro-izquierda apoyado por izquierdistas más a la izquierda que al centro-izquierda. Después se formó un nuevo Gobierno, de centro-izquierda, con un apoyo que no fue tan duradero como uno desearía de partidos situados a su izquierda, y la estabilidad institucional continúa con el Presidente de la República", subrayó.

Marcelo Rebelo de Sousa aseguró que, en el actual marco político, con mayoría absoluta del PS, él "continuará por definición el cargo de Presidente de la República".

"Eso es así. Así es como entiendo que debe ser como Presidente de la República: primero, en el sistema portugués, que no es presidencialista ni parlamentario, es semipresidencialista; segundo, en un mundo en guerra; tercero, con una situación económica, financiera y derivada de la guerra", explicó.