El manifiesto "Vida Justa", al que ha tenido acceso la agencia Lusa y que cuenta ya con unas 200 firmas, está suscrito por "vecinos de los barrios, personas de movimientos sociales y otros ciudadanos", de diversos sectores de la sociedad, y exige la "defensa de los barrios y la dignidad de vida de quienes trabajan y crean la riqueza del país".

El 25 de febrero "saldremos a la calle para exigir al Gobierno que nos escuche y cumpla estas medidas mínimas que proponemos para que la crisis se combata con justicia e igualdad", reza la nota.

¿Calentar o comer?

Los suscriptores piden "una vida justa" y el fin de la subida de precios: "Cada día suben los precios, aumentan los desahucios de viviendas y los sueldos se dan para menos días del mes. La gente está eligiendo si calentar su casa o comer".

"Hay que empoderar a la gente para que lleve una vida digna. Exigimos un programa de crisis que defienda a los que trabajan: hay que regular los precios de la energía y de los productos alimenticios esenciales; congelar los intereses de los préstamos de vivienda, impedir los alquileres especulativos de las casas, prohibir los desahucios; debe haber un aumento general de los salarios por encima de la inflación; medidas de apoyo a las empresas, al pequeño comercio y al empleo local y valorar económica y socialmente los trabajos más invisibles como los que trabajan en la limpieza", reclaman.

El manifiesto destaca que "la crisis parece no tener fin", señalando que "tras la pandemia llegaron las guerras y las sanciones y con ellas la crisis social y la amenaza de recesión económica".

"La gente es víctima de una sociedad que considera normal pagar mal a los que trabajan. Cuando empezó la pandemia, la gente de los barrios siguió cumpliendo con su deber, cuando muchos se llevaron sus casas a casa. Los trabajadores de la limpieza siguieron trabajando, los del transporte para mantener el país en marcha, los de la construcción para ir a las obras, los de los supermercados siguieron sacrificándose por todos", escriben.


Por contra, recuerdan que cada día vemos "crecer los beneficios de las petroleras y grandes empresas y desaparecer los salarios de los que trabajan".

Los suscriptores sostienen que "el Gobierno está más preocupado en pagar la deuda pública, al doble de velocidad que quiere obligar la Unión Europea, que en ayudar a la mayoría de la gente a resistir esta crisis".

"El estado de guerra en Europa se ha convertido -con las sanciones ciegas que no frenan la masacre y la escalada de los combates en Ucrania- en una guerra contra el pueblo trabajador, dando aún más dinero a los ricos, mientras bajan, cada vez más, los salarios reales de los trabajadores", argumentan.

Ricos cada vez más ricos

También afirman que "en muchos de los barrios, las autoridades atacan y cierran los pequeños negocios que sirven a las comunidades, confiscando los bienes y poniendo en peligro la sostenibilidad de los barrios y el mantenimiento de la economía local" que "hay una guerra contra las poblaciones más pobres que tiene que parar".

Para revertir esta situación, según el documento, "la gente debe tener el poder de exigir un camino más justo que distribuya equitativamente los costes de esta crisis" y "no puede ser siempre el pueblo el que pague por todo, mientras los más ricos se las arreglan para seguir siendo más ricos".

"En tiempos de crisis, la política tiene que proteger más a la gente. Las personas preocupadas de los barrios, los militantes de diversas causas y los movimientos sociales quieren dar pasos para construir una red y multiplicar las acciones que den más poder a la gente y que consigan imponer políticas que defiendan a las poblaciones y a los que trabajan", declaran.