Este ejemplo de desinformación en las redes sociales permite suponer que se trata o bien de un truco publicitario barato para promocionar una moda cara, o bien de un contraplot ucraniano para convencernos de que se está difamando deliberadamente al régimen.

La corrupción es endémica en una sociedad moderna en la que la avaricia es uno de los pecados capitales. Pocos somos los que no hemos experimentado alguna vez la emoción de ser sobornados o de caer en la tentación de ofrecer un favor a cambio de una recompensa.En el caso de los gobiernos, la incidencia aumenta por las abundantes oportunidades que el sistema ofrece a los políticos y funcionarios, que están ansiosos por sumarse al carro de la riqueza a costa del erario público. Y los presagios de guerra traen escasez de alimentos, armamento y moral, lo que nos tienta a todos a volvernos avariciosos.

Como observa el Sr. Clare, las personas influyentes que desean opulencia deberían limitarse a seguir el dinero.

Atentamente, Roberto Cavaleiro