Hasta 1912, Nazaré se llamaba Pederneira, cuando una ley cambió el nombre del pueblo a Nazaré, como la gente lo conoce hoy. Pederneira aún existe, como barrio con algunas características históricas.

Nazaré solía ser un pueblo de pescadores, pero en la actualidad, el pueblo ha ido creciendo su actividad turística, siendo buscado por los surfistas y otras personas que buscan pasar un buen rato en un lugar muy tranquilo, con un montón de lugares para visitar. ¿Por qué no tomar el tiempo para alejarse de la playa y las olas y descubrir más de lo que Nazaré tiene para ofrecer.


Santuario de Nossa Senhora da Nazaré


Se afirma que es el primer santuario portugués que existió. En su interior hay una escultura de la Virgem Negra (Virgen Negra), una imagen de Santa María, hecha de madera, traída de Mérida, España, en el año 711. El santuario se construyó en algún momento del siglo XIV, pero las obras no se terminaron hasta finales del siglo XIX.

La imagen recuerda la leyenda de Nazaré, que cuenta que D. Fuas Roupinho, estaba cazando y decidió seguir a un ciervo. Durante su cacería, él y su caballo se encontraron con mucha niebla y estuvieron a punto de caer por el acantilado. Enseguida, apareció la Virgen María con el niño Jesús en su regazo. Entonces, D. Fuas Roupinho pidió ayuda y, de repente, los cascos del caballo se clavaron en la roca y el caballero se puso a salvo.

Para visitar el santuario y su capilla hay que subir unas escaleras, pero lo que se puede ver en el interior hará que los visitantes se olviden del esfuerzo que supuso subir las escaleras. La iglesia está iluminada por ocho ventanas, que hacen visibles los azulejos azules, traídos de los Países Bajos, y algunos de origen portugués. En total, hay más de 6.000 azulejos.


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Secado de pescado


Justo al lado del mar, en la Avenida Manuel Remígio, los visitantes podrán ver algunos de los momentos más tradicionales que los habitantes de Nazaré siguen manteniendo hoy en día.

Durante un paseo por esa calle, será posible ver algo así como un secadero lleno de pescado salado, para ser vendido. La tradición surge de la necesidad de conservar el pescado durante más tiempo, ya que la pobreza y el hambre eran una fuerte realidad en Portugal. El pescado seco se sigue vendiendo, y es una oportunidad para probar una forma diferente de comer pescado.


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Fortaleza de São Miguel Arcanjo


Fue construida por orden del rey D. Sebastião para proteger la villa de los ataques piratas, frecuentes en el siglo XVI, cuando se descubrían los mares. Tropas de Napoleón conquistaron el lugar durante las Invasiones Francesas, que tuvieron lugar durante el siglo XIX. Fue durante el siglo XX cuando se construyó un pequeño faro en la fortaleza, para guiar a los pescadores.


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Dónde ver las olas grandes


Las famosas olas grandes de Nazaré se pueden ver desde la Fortaleza de São Miguel Arcanjo, que se encuentra justo enfrente del Cañón de Nazaré. El fenómeno de las grandes olas se registra en esa zona concreta del pueblo porque bajo el mar hay un valle de unos cinco kilómetros de profundidad. Las olas se pueden ver, con seguridad, desde la fortaleza, donde también está situado un centro de interpretación, que permite a los visitantes comprender la ciencia que hay detrás de las olas más famosas de Europa.


Mucho más que lugares


Nazaré es mucho más que un lugar para visitar. Las personas que viven en el lugar son las que lo hacen especial. Los visitantes deben asegurarse de encontrar nazarenas, mujeres que visten los trajes tradicionales del pueblo. Los trajes se componen de siete faldas, siguiendo reglas conocidas por los lugareños, que las respetan mucho.


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Encontrar una habitación donde alojarse también será una experiencia diferente. Es habitual ver a mujeres, en determinados lugares, sosteniendo carteles con la palabra "HABITACIONES" escrita en varios idiomas, lo que no significa que sepan hablarlo, pero es una herramienta de marketing asombrosa.


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Deeply in love with music and with a guilty pleasure in criminal cases, Bruno G. Santos decided to study Journalism and Communication, hoping to combine both passions into writing. The journalist is also a passionate traveller who likes to write about other cultures and discover the various hidden gems from Portugal and the world. Press card: 8463. 

Bruno G. Santos