Las obras son los dibujos "Els Pagesos" y "Les sardanes de la festa major", realizados por Dalí en 1922, a raíz de un encargo hecho al artista para la ilustración de un libro que nunca llegó a publicarse.

Las obras fueron sustraídas en enero del año pasado de una vivienda de Barcelona por tres hermanos de 50, 53 y 55 años que se dedicaban a robar en chalés de lujo de la capital catalana.

Los ladrones pretendían llevarse dinero, joyas y otros objetos de valor, sin centrarse en las obras de arte, lo que despistó la investigación policial, ya que en un principio pensaron que los dibujos de Dalí habían sido robados por un coleccionista o marchante de obras de arte, según la Policía de Cataluña.

La pista de los dibujos de Dalí, que habían sido buscados por las autoridades en los circuitos habituales del comercio de obras de arte, llegó a través de una persona que se puso en contacto con la policía para ofrecer información sobre el paradero de las obras a cambio de dinero.

Esta persona había sido contactada por los hermanos que robaron las obras, quienes le propusieron comprar los dibujos. Finalmente fue detenido por la policía y fue a través de ellos que los investigadores comenzaron a seguir a los tres hermanos, con el objetivo de llegar a las obras robadas.

Los autores del robo se pusieron en contacto con varios compradores potenciales de las obras de Dalí y recibieron muestras de interés de una persona de Portugal, pero la operación no se llevó a cabo, según la policía.

Sin saber siquiera dónde estaban las obras, tres meses después, la policía acabó deteniendo a los tres hermanos porque iban a "continuar con los robos y eso no se podía permitir", explicó en rueda de prensa José González, jefe de la Unidad de Patrimonio Histórico de la policía catalana.

Al ser interrogados, los tres detenidos no dieron ninguna pista sobre las obras de Dalí, que finalmente fueron localizadas en un almacén al que la policía llegó a través de un código de apertura de entrada que figuraba en un mensaje almacenado en un teléfono móvil incautado a los hermanos delincuentes.

Los actuales propietarios de los dos dibujos son los descendientes del abogado, escritor y político catalán Pere Coromines, que fue amigo del padre de Salvador Dalí. Fue el propio Pere Coromines quien encargó las obras al artista, que entonces tenía 19 años.

Las obras estaban destinadas a ilustrar un libro que nunca llegó a publicarse, pero los dos carboncillos fueron conservados por la familia y estuvieron enmarcados en casa de Montserrat Herrera, nieta de Pere Coromines, hasta que fueron robados en enero del año pasado.

Tras ser localizados, siete expertos de la Fundación Dalí certificaron la autenticidad de los dibujos.

Entre los objetos encontrados en el mismo almacén por la policía había también cinco "obras gráficas" de Joan Miró, cuya autenticidad, sin embargo, aún no había sido certificada.

La investigación ya había concluido en verano del año pasado, pero hasta hoy la policía no ha revelado el resultado en una rueda de prensa.