Según un reportaje de Lusa, la mayoría de estas personas trabajan en el área de las tecnologías de la información, tienen entre 30 y 40 años y se instalan en el Algarve durante la temporada baja, cuando el alojamiento es más barato, para pasar una temporada y luego dirigirse a otro destino, regresando el invierno siguiente.

Dennis Franz, un alemán de 35 años que gestiona su propia empresa de marketing online, cuenta a Lusa que fue en Portugal donde comenzó su andadura como nómada digital, en 2014, para, dos años después, empezar a pasar temporadas de forma regular en Lagos, al que considera "el lugar".

"No tengo apartamento, no tengo lo que se llamaría una casa, suelo alojarme en hoteles o en Airbnb [alojamientos locales]. Llevo haciendo esto desde 2015 y normalmente intento visitar entre 12 y 15 países al año", ha dicho, asegurando que considera Portugal su hogar y el "mejor país del mundo", donde la gente es amable y divertida: "Y te ayudan si lo necesitas".

Dennis dice que se queda en Lagos un máximo de cinco meses, aunque en los dos últimos años sólo dos o tres, y normalmente en invierno, porque en verano "hay mucha gente y es muy caro". El coste de la vida es "casi el mismo que en otros países, sobre todo los alquileres, que son muy altos", aunque los restaurantes son "asequibles".

Para los nómadas digitales que trabajan según los husos horarios europeos, "hay una ventaja económica en estar en Portugal", aunque el coste de la vida "está aumentando", lo que hace que muchos de estos trabajadores opten por destinos más baratos, especialmente en el continente asiático.

Turistas de temporada baja

Joana Glória, que creó el proyecto Lagos Digital Nomads en 2020, asegura que la comunidad, que cuenta actualmente con 6.500 miembros, está activa entre mediados de septiembre y mediados de mayo, siendo Alemania y Holanda los principales países de origen de los nómadas digitales que buscan Lagos.

"Cuando empieza la temporada turística, los precios de los alojamientos son muy altos, no se lo pueden permitir y se van a otros destinos más baratos, para luego volver", relata, subrayando que el nómada digital es el "nuevo turista" y que también hay cada vez más portugueses que optan por este estilo de vida.

Es el caso de Marco Teixeira, 30 años, nacido en Cascais (distrito de Lisboa), que tuvo la oportunidad de trasladarse al Algarve hace dos años en la empresa para la que trabajaba, con oficinas en Faro. Hace un año eligió la ciudad de Lagos para vivir, donde tiene una vida más tranquila, sin el ajetreo de la Gran Lisboa ni el estrés del transporte público y el tráfico.

El gestor de SEO dice que el estilo de vida que lleva ahora se ha traducido incluso en un aumento de la productividad, ya que tiene "más espacio para pensar" y, a pesar de trabajar en el llamado horario habitual , de 9:00 a 18:00, no está obligado a cumplirlo, desde el momento en que presenta resultados.

Reinvención

En la sala convertida en oficina del Hotel WOT Lagos Montemar, uno de los lugares donde la comunidad de Nómadas Digitales de Lagos suele organizar eventos y sesiones de 'coworking', se escuchan varios idiomas, pero sobre todo inglés, entre videollamadas para reuniones de trabajo o llamadas telefónicas.

Al ver que se trataba de un segmento en expansión, esta La cadena hotelera empezó a centrarse en los nómadas digitales cuando estalló la pandemia del Covid-19, que obligó a todo el sector turístico a reinventarse, explica Angélica Carneiro, directora comercial de la cadena WOT Hotels.

"Empezamos a darnos cuenta de que era un segmento en crecimiento y que nos ayudaría a combatir la estacionalidad, que se nota mucho en el Algarve, y este es un público objetivo que viene más en temporada baja".

Los precios para utilizar el espacio de trabajo varían entre 15 euros por un día y 160 euros por un mes, con la posibilidad de utilizar la sala de coworking durante tres días (40 euros), cinco días (60 euros), siete días (80 euros) o dos semanas (120 euros).