Las conclusiones proceden de un estudio de las direcciones generales de Sanidad y Educación, que ha evaluado la aplicación, en 405 grupos de colegios públicos, de las normas para la venta de productos alimenticios que entraron en vigor en 2021.

Según el informe, más del 90% de los bares escolares dejaron de ofrecer bollería, refrescos, galletas y bizcochos.

Entre los alimentos "prohibidos", los más difíciles de encontrar hoy en día son las comidas rápidas, los postres dulces, los bocadillos dulces y salados, las golosinas o los bocadillos con salsas, que están disponibles en menos del 1% de los colegios.

Por otro lado, los alimentos que se encuentran con más frecuencia son las barritas de cereales y los helados, pero aun así, la mayoría de los colegios cumplen la normativa.

Los que no lo son -añade el informe- "tratan de ofrecer opciones alimentarias que tengan un mejor perfil nutricional".

En cuanto a los productos que pasaron a ser obligatorios, la principal dificultad para las escuelas parece haber sido la introducción de ensaladas y sopas, disponibles en menos de un tercio de los bares.

Entre el resto, la inmensa mayoría dispone de leche natural y pan conforme a las normas, pero todavía hay algunos bares que no ofrecen fruta fresca (14,4%), yogur (13,4%) y agua potable gratuita (10,9%).