Julie: ¿Podemos hablar de cómo es, desde la perspectiva de un niño, ver envejecer a nuestros padres? A menudo se pasa de ser el niño a un repentino cambio de roles. Puede ser angustioso darse cuenta de que ahora somos los padres de nuestros padres. Para algunos

es un cambio sutil, pero cuando se trata de un problema de salud, ese cambio puede ser muy repentino. Algunas personas que han afrontado cambios en su vida sin demasiado esfuerzo encuentran este proceso mucho más fácil de sobrellevar. Pero para quienes han tenido, y siguen teniendo,

relaciones tóxicas o tensas con sus padres, los cambios en sus padres ancianos pueden resultarles difíciles de manejar. ¿Qué opina al respecto?


Paul: Ver el deterioro de la salud física y mental de mamá y papá fue una experiencia dolorosa. Hay varios factores que dificultaron esta transición:

- Gozaron de buena salud hasta los 70 años

- Ni mis padres ni yo nos habíamos planteado cómo sería la vida cuando su salud se deteriorara.

- Todos sabíamos que "la vida es un ciclo que termina con la muerte". Pero mi 'niño interior' estaba ansioso y necesitaba tiempo para que el 'adulto' entendiera/se adaptara.

- Verlos cada vez más dependientes de los demás, sin intereses comunes conmigo, me llevó a un proceso de duelo.

- Yo vivía en Portugal, mientras que mi familia en el Reino Unido veía los cambios todos los días y los aprovechaba.


Julie: Parece que esto surgió cuando aún dependías de ellos para que fueran tus "padres". Creo que eso es bastante común cuando una familia ha estado muy unida. ¿Es tu caso?


Paul: Sí, estábamos conectados, pero como las necesidades de mi madre no siempre podían satisfacerse, me sentía bastante perdido.


Julie: ¿No es interesante cómo la dinámica de poder de una relación adulta influye en los niños, incluso cuando se convierten en adultos maduros y a menudo en padres? Los problemas con los que tuve que lidiar en relación con mi madre eran complejos, por ejemplo: de niña me veía a mí misma como la adulta de la relación debido a su larga adicción. Cuando mis padres se divorciaron, no vimos a mi padre durante casi 10 años. Me convertí en el único apoyo de mamá, pero más tarde me cansé de este papel. Esto a su vez despertó en mí impaciencia y frustración por no poder curarla.

Hasta que no cumplí los 30 no dejé de lado la necesidad de arreglarla y de buscar su aprobación (lo que irónicamente cambió las cosas). Sólo ahora que he cumplido 60, y ella 80, tengo más paciencia y compasión. Pero era imprescindible que pusiera límites y nos va mucho mejor desde la distancia. Esto puede sonar duro, pero cuando las cosas se ponen difíciles como adultos que apoyan a padres mayores, tenemos que establecer límites, que en realidad ayudan a mantener las relaciones seguras y fuertes.


Paul: Es cierto. Nuestros propios traumas infantiles no resueltos pueden dificultar la relación con quienes formaron parte del proceso traumático. Y parte de esta ecuación puede ser tratar con padres necesitados, es decir, aquellos que se vuelven muy dependientes de sus hijos para que les ayuden. En

algunos casos, los padres podrían ayudarse a sí mismos, pero se han dado por vencidos. Su depresión y soledad pueden ser una de las causas. Lo que sí me ayudó fue

- El apoyo de familiares que habían pasado por el ciclo emocional de cuidar a sus padres ancianos. También tenían patrones similares de comportamiento con sus padres y, por tanto, podían empatizar con mi experiencia.

- Prepararme mentalmente para un periodo de altibajos emocionales.

- Mi formación como asesora, es decir, la aceptación incondicional.


Julie: Has hecho una observación importante. Yo también me beneficié de mi formación como asesora y de mi terapia personal. Necesitaba el apoyo que me ayudara a darme cuenta de que yo no era el problema y a invertir los mensajes de que no era lo bastante buena. A través de este proceso pude establecer mi identidad, separada de la que me habían impuesto mis padres y mis abuelos. También es importante darse cuenta de que:

- Sentir nuestras emociones es una parte importante del proceso; por ejemplo, las personas que entran en la etapa geriátrica suelen estar temerosas y confusas.

- Exponer estas emociones puede ser difícil de admitir para los padres mayores ante sus hijos

- Es importante que nuestros padres tengan la libertad de expresar lo que llevan dentro, aunque nosotros nos resistamos a escucharles.

- Debemos reconocer esa resistencia en nosotros mismos y permitir que nuestros padres se muestren vulnerables cuando estén preparados.


Paul: Y si esto despierta ansiedad en nosotros mismos, deberíamos abordarlo fuera de la relación padre-hijo, por ejemplo, hablar con un terapeuta o con miembros de la familia.


Julie: ¡Exacto! Cuidar de nuestros padres requiere mucha energía emocional. Sin embargo, comprender lo que les ocurre tanto física como mentalmente puede ser fortalecedor.


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Paul: Incluso las personas muy evolucionadas tienen dificultades. Por ejemplo, el gurú Ram Dass describe cómo adaptó su relación con su anciano padre. Ram aprendió a dejar de lado sus propios ideales sobre cómo deben pasar el tiempo juntos un padre y un hijo. Aprendió a valorar esas horas preciosas con su padre. Se convirtieron en recuerdos entrañables, en lugar de verse empañados por el drama. Esto me hizo darme cuenta de que no podía estar plenamente presente para mis padres mientras me aferrara a expectativas poco realistas sobre cómo "deberían" ser.


Julie: Y también tenemos que enfrentarnos a nuestro propio miedo a la mortalidad. Es un reto y podemos fluctuar entre sentirnos fuertes y temerosos.


Paul: En lugar de dramatizar y quejarnos, podemos ofrecer a nuestros padres las cualidades que ellos intentaron darnos de niños, es decir

- Atención incondicional

- cariño

- Protección

- Amor

En la tercera parte describiremos recursos para ayudar a las personas a lidiar con sus padres ancianos.

Julie Merchant es una psicoterapeuta estadounidense certificada que trabaja para la comunidad de expatriados en Portugal. Se puede contactar con ella a través de su página web Lifeisgr8.com

Paul Jokinen-Carter es terapeuta holístico y trabaja en los campos del masaje, la sanación Reiki y el asesoramiento. Puede ponerse en contacto con él en el teléfono +351 910 665 601.