Día de la fiesta: 10 de agosto


Este célebre mártir de Roma vivió en el siglo II. Era uno de los siete diáconos encargados de ayudar a los pobres y necesitados. Lorenzo daba a los pobres el resto del dinero que llevaba encima. Incluso vendió costosos vasos de la iglesia para tener más dinero que repartir. El prefecto de Roma, un hombre codicioso, pensó que la Iglesia tenía una gran fortuna escondida. Ordenó a Lorenzo que le trajera el tesoro de la Iglesia. El santo dijo que lo haría en tres días. Entonces recorrió la ciudad y reunió a todos los pobres y enfermos que la Iglesia mantenía. Se los mostró al prefecto y le dijo: "Estas personas son el tesoro de la Iglesia".


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El prefecto se puso furioso. En su ira pidió que mataran a Lorenzo lentamente para que sufriera más. Ataron al santo encima de una parrilla de hierro sobre un fuego lento que lo asó. Dios le dio tanta fuerza y alegría que Lorenzo bromeó con el juez diciendo "Dadme la vuelta". Antes de morir, rezó para que la ciudad de Roma se convirtiera a Jesús.


Lorenzo murió el 10 de agosto de 258. Su fiesta se extendió por toda Italia y el norte de África. El emperador Constantino construyó una hermosa basílica en honor de Lorenzo. Es el patrón de los escolares, los pobres, los cocineros y los comediantes.