Congelar las sobras es una forma estupenda de ahorrar dinero y evitar el desperdicio de alimentos, pero saber qué se puede congelar puede resultar confuso. ¿Se puede congelar el arroz cocido? ¿Qué pasa con la pasta? Espero dar algunas respuestas a algunas preguntas habituales. Todas las sobras deben calentarse a una temperatura mínima de 165 °F, así que tenlo en cuenta al recalentarlas y recuerda que no debes conservarlas congeladas más de 3-4 meses. Recuerda siempre que no debes meter comida caliente en el congelador.

Arroz y pasta

La mayoría de los granos de arroz cocidos, como el arroz blanco, el arroz jazmín e incluso el arroz integral o las mezclas combinadas, se pueden congelar. Mételos en bolsas de congelación herméticas (las mejores son las de cremallera, que son resistentes y se pueden cerrar herméticamente), saca el aire y escribe el contenido y la fecha en el exterior. Y sí, la pasta que sobra también se puede congelar, con o sin salsa, pero recuerda dejarla enfriar primero. Una vez en la bolsa, quita el aire y congela hasta que vayas a utilizarla. Si utiliza recipientes, deje espacio suficiente en la parte superior para que se expanda y cubra la comida con film transparente (esto ayuda a evitar quemaduras por congelación) antes de poner la tapa.


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Verduras de temporada

Una de las mejores cosas de su congelador pueden ser las bolsas de verduras frescas que haya congelado. Siempre que encuentre una buena oferta, compre más de las que necesite, ya sea en la tienda de comestibles o en el mercado de su agricultor local, o quizás congele las cosas que haya cultivado usted mismo y que le sobren, y puede que no quiera ahora. Con el tiempo las querrá, así que congélelas para más adelante. Muchos son mejores si los escaldamos antes.

¿Qué es escaldar?

Para sacar el máximo partido a las verduras frescas congeladas, primero hay que escaldarlas. Se trata de una técnica culinaria básica que sólo lleva unos minutos y merece la pena. Sumerge las verduras en una olla con agua hirviendo durante unos minutos y, a continuación, sumérgelas en agua muy fría, incluso helada, para detener el proceso de cocción.

Una vez frías, séquelas suavemente pero a fondo y extiéndalas sobre una bandeja de horno para "abrirlas", lo que evitará que se congelen formando un bulto, tras lo cual se pueden embolsar. El escaldado ayuda a las verduras a conservar sus colores vivos y retiene los nutrientes y detiene las enzimas que, de otro modo, provocarían su deterioro.


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Algunas verduras funcionan mejor que otras con esta técnica - guisantes, brócoli, coliflor, espárragos, zanahorias, judías y coles de Bruselas son algunas - y cuando se trata de verduras de hoja verde, como espinacas, acelgas y col rizada, la elección es suya. No es necesario escaldarlas, aunque si lo haces las verduras se cocinarán menos y no ocuparán tanto espacio.

Y algunas verduras, como los tomates, las patatas y la calabaza de invierno, e incluso las setas, no necesitan escaldarse antes de congelarse. Los tomates enteros tienden a agrietarse y derrumbarse cuando se descongelan, así que para congelar bien los tomates crudos puedes cortarlos en cuartos, salpimentarlos y aliñarlos con aceite de oliva, y asarlos a baja temperatura, entre 250 y 300 ºC, durante 30 o 40 minutos. Déjalos enfriar y congélalos en porciones de dos tazas, ideales para añadir a sopas o guisos. Como alternativa, corte los tomates en rodajas de al menos 1/2 pulgada, colóquelos en una bandeja para hornear y congélelos durante 2 horas. Retire las rodajas y póngalas en bolsas o recipientes para congelar.

Las hierbas también se pueden congelar: deseche los tallos y pique las hojas como si fueran frescas. Llene una cubitera de hielo con agua hasta la mitad y añada las hierbas, una cucharada en cada espacio, y "ahóguelas" todo lo posible. Una vez congeladas, rellene el espacio restante con agua y congélelas de nuevo, después embólselas; no olvide etiquetar la bolsa para saber cuál es cuál. No quedarán bien para decorar porque estarán demasiado blandas, pero son estupendas para sopas y guisos u otros platos cocinados.

Recuerda: una verdura al día es una forma saludable. El tesoro de una buena vida se esconde en las verduras, ¡y las congeladas también cuentan!


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Marilyn writes regularly for The Portugal News, and has lived in the Algarve for some years. A dog-lover, she has lived in Ireland, UK, Bermuda and the Isle of Man. 

Marilyn Sheridan