El sábado hubo otro asesinato masivo en Texas, en la ciudad fronteriza de Brownsville, pero fue en coche, así que no cuenta. No importa. Todavía tenemos suficiente para trabajar.

Empezamos con citas impactantes de las autoridades pertinentes. "Caminamos como zombis durante 24 horas, sin creer lo que ha ocurrido y buscando razones", dijo el presidente serbio Aleksandar Vučić, que comenzó su carrera política como nacionalista serbio de extrema derecha durante las guerras civiles yugoslavas.

Aquellas guerras fueron horribles, pero terminaron hace treinta años. La conmoción de Vučić fue real, porque la última matanza masiva en Serbia se produjo hace diez años, y porque uno de los asesinos en masa solo tenía 13 años.

Por el contrario, la respuesta oficial en Texas fue rutinaria, casi superficial. El gobernador de Texas, Greg Abbott, calificó el tiroteo de "tragedia indescriptible", pero no propuso ninguna medida para evitar el próximo. El alcalde local, Ken Fulk, dijo que "Allen es una ciudad orgullosa y segura, lo que hace que el acto de violencia sin sentido de hoy sea aún más impactante."

¿En serio? ¿Hay "ciudades seguras" en Texas?

Una vez establecidos los estadounidenses como delincuentes habituales y los serbios como inocentes conmocionados, ahora contrastamos las sensatas y serias propuestas serbias para detener más masacres con armas de fuego con el encogimiento de hombros fatalista de los estadounidenses. El presidente Vučić está prometiendo hacer de una vez todas las cosas que los defensores estadounidenses del control de armas no han conseguido incluir en la agenda política durante décadas.

En una emisión televisiva a escala nacional, Vučić anunció "un desarme casi completo" del país: "Llevaremos a cabo una revisión de todas las personas que poseen armas de fuego, alrededor de 400.000 de ellas. [La población total de Serbia es de unos 6,6 millones de habitantes] Después de estas revisiones, no habrá más de 30.000 a 40.000 armas en posesión legal."

Las penas por posesión ilegal de armas de fuego se duplicarán. El resto de propietarios de armas con permiso se enfrentarán a frecuentes pruebas psiquiátricas y a controles aleatorios de drogas. Adiós a los poseedores de permisos y a sus armas legales.

Sin embargo, Serbia también está inundada de armas militares que los soldados se llevaron a casa tras las guerras de los Balcanes de la década de 1990, tal vez un millón de ellas. Habrá una amnistía de un mes para entregarlas, pero ¿qué pasará con los que no lo hagan? "Si no los entregan, los encontraremos, y las consecuencias serán nefastas para ellos", dijo Vučić.

¡Qué hombre! Por qué Estados Unidos no tiene a alguien como Vučić para acabar con la masacre de las armas? (Las muertes por armas en Estados Unidos rondan las 50.000 al año, aunque la mitad son suicidios). ¡Lo que Estados Unidos necesita es un héroe que simplemente barra las armas a un lado! Etc., etc.

El artículo de opinión prácticamente se escribe solo. De hecho, diez mil versiones del mismo están siendo escritas por ChatGPT ahora mismo. Pero todo son tonterías.

Vučić sólo dice lo que cree que la gente quiere oír en este momento. Cuando trabajaba para el monstruo Slobodan Milosevic y los serbios querían oír que las masacres que su propia gente estaba cometiendo en Bosnia, Croacia y Kosovo estaban justificadas, eso es lo que les decía. Su propia historia demuestra que sus palabras y sus hechos rara vez coinciden.

No habrá desarme masivo en Serbia: no es así como Vučić planea gastar su capital político. Pero aunque los serbios ocupan el segundo lugar del mundo en posesión de armas (58 armas por cada cien residentes, frente a 120 por cada cien en Estados Unidos), sólo matan a una cuarta parte de personas per cápita con armas de fuego. En realidad, el problema de los serbios no es tan grave.

El problema de Estados Unidos es muy grave, pero es sobre todo cultural y político. Los que poseen armas poseen muchas, pero sólo tres de cada diez adultos estadounidenses poseen algún arma. La tenencia de armas es casi el doble en los estados del sur (la antigua Confederación) que en el noreste urbano (donde la tasa de asesinatos con armas es casi la misma que en Canadá).

Y mientras los estadounidenses (o al menos algunos estadounidenses) se obsesionan con la alta tasa de asesinatos con armas de fuego, ignoran el hecho de que la mayoría de los países latinoamericanos, desde México a Brasil, tienen tasas aún más altas. Lo mismo ocurre en muchas islas anglófonas del Caribe. ¿Existe algún factor común, actual o histórico, que eleve las tasas de posesión de armas en América?

¿Y por qué los latinoamericanos no tienen muchos casos de masacres con armas de fuego cometidas por locos al azar, a pesar de que tienen más armas a su alrededor? Sabemos mucho menos de lo que creemos sobre la relación entre armas y asesinatos, y un poco de humildad ayudaría mucho a ambas partes.


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Gwynne Dyer is an independent journalist whose articles are published in 45 countries.

Gwynne Dyer