¿Quién se acuerda de tener una cámara de fotos, con un límite en el número de fotos que podías hacer antes de que se acabara el carrete y luego esperar a que se revelaran las fotos para descubrir que habías pasado el dedo por encima del objetivo durante la mitad de ellas?

Puede parecer extraño, pero tras varios años de cámaras digitales y smartphones, la demanda de cámaras desechables y analógicas ha aumentado.

La producción se había detenido


Marcas como Kodak y Canon incluso habían detenido la producción de rollos de película, dedicándose a otras industrias. Lo que no esperaban es que, sobre todo los más jóvenes, empezaran a sustituir sus dispositivos por los que guardaban en el armario de sus padres. A partir de ese momento, Fujifilm mantuvo la producción de rollos, siendo una de las marcas de película en color más comunes del mercado.

Comprar un rollo de película, ya sea de 24 o 36 exposiciones, puede ser toda una aventura. En todas las tiendas, los productos están agotados, y es bastante difícil adquirir un rollo nuevo. Algunas tiendas en línea ponen a la venta los rollos; sin embargo, pueden encontrarse a precios bastante elevados. Un consejo útil sería intentar comprar rollos que estén caducados, más adelante podrá entender mejor por qué pueden ser mejores.


De vuelta al pasado, pero con un toque del presente


En una época en la que las redes sociales son cada vez más importantes en la vida de los jóvenes, donde se hacen fotos para publicarlas inmediatamente, a veces la gente decide esperar a que se acabe el rollo para ir a una tienda de fotografía y pedir que impriman las fotografías. Con la evolución de los tiempos, es posible optar por recibir digitalmente las fotos de la cámara analógica, mezclando el pasado con el presente.

El factor novedad también puede atraer a los más jóvenes. Los jóvenes nacidos a principios de la década de 2000 pueden ver los álbumes de sus padres con fotografías impresas que fueron tomadas con las cámaras de sus padres. Sin embargo, los nacidos un poco más tarde desconocen este tipo de momentos, ya que siempre han tenido acceso a las fotos digitales. Dado que las fotografías analógicas siempre permiten la sorpresa, pueden ser un factor de curiosidad para quienes apuntan con el objetivo de la cámara y sólo conocen cómo es la fotografía después de revelarla en una tienda de fotografía.

Créditos: Unsplash; Autor: @alex_andrews;

Consejos útiles


Las fotografías tomadas con cámaras analógicas no están sujetas a ajustes automáticos, o que se puedan cambiar manualmente, como en un smartphone o una cámara digital. Cualquiera que compre un rollo de película sabrá que no podrá contar con otra cosa que no sea la exposición a la luz, con el único aliado del flash. La elección del rollo de película también es importante, ya que debe ser adecuado para la máquina y el entorno donde se tomarán las fotos. Sin embargo, si la intención es una foto poco profesional y sólo se siente la necesidad de registrar momentos de forma vintage, los rollos caducados pueden ser una buena opción. Además de ser más baratos, el factor sorpresa es constante, y las fotos pueden salir con efectos que sólo una cámara analógica puede proporcionar.

Quien no encuentre su vieja cámara siempre puede comprar una nueva en los comercios habituales o en tiendas dedicadas a la fotografía, o mejor aún, en una tienda de antigüedades, lo que garantiza un resultado único.


Author

Deeply in love with music and with a guilty pleasure in criminal cases, Bruno G. Santos decided to study Journalism and Communication, hoping to combine both passions into writing. The journalist is also a passionate traveller who likes to write about other cultures and discover the various hidden gems from Portugal and the world. Press card: 8463. 

Bruno G. Santos