"El punto clave es abordar la reducción del consumo de tabaco. El humo del tabaco no es un problema secundario de salud pública. Cambiar la ley del tabaco no es una política contra los fumadores", ha dicho Manuel Pizarro.

"En 2023 empezaremos con iniciativas de cribado", avanzó el ministro.

Tras admitir que cambiar la ley del tabaco es un asunto que ahora, como en 2007, "siempre tiene muchas resistencias", Manuel Pizarro ha asegurado que están en juego dos objetivos: "Preservar a los no fumadores de la exposición al humo del tabaco y conseguir que las generaciones jóvenes lleguen a 2040 como una generación libre de tabaco".

"Los cánceres cuya mortalidad más ha aumentado son los relacionados con el consumo de tabaco: pulmón, tráquea y bronquios", ha señalado el responsable.

El Consejo de Ministros aprobó el jueves varias enmiendas a la ley del tabaco, equiparando los cigarrillos electrónicos al tabaco normal y creando restricciones a su venta y consumo.

"El Gobierno aprobó en Consejo de Ministros un proyecto de ley que da pasos firmes para proteger a la población de la exposición al tabaco. Los paquetes de tabaco calentado pasarán a equipararse al tabaco convencional, con la obligación de presentar las advertencias sanitarias combinadas y también se prohibirá la venta de productos de tabaco calentado con aromas en sus componentes", ha dicho Manuel Pizarro, aclarando que estas medidas entran en vigor a partir del 23 de octubre.