El Teatro Ribeiragrandense, en las Azores, acogió el preestreno de la serie "Rabo de Peixe" como si de "una fiesta" se tratase, contando la población con que la producción de Netflix "revolucionará" la imagen de la villa marinera.

Al comienzo de la noche, decenas de personas se concentraban a las puertas del Teatro Ribeiragrandense, en el centro de Ribeira Grande, a la espera del pre-show de "Rabo de Peixe", de Augusto Fraga, producida por Ukbar Films, y uno de los diez proyectos ganadores de un concurso de guiones organizado por Netflix y el Instituto del Cine y del Audiovisual.

La comunidad de Rabo de Peixe participó entre la multitud junto a representantes políticos, portavoces de instituciones regionales, actores y miembros del equipo. Tras confirmar su nombre en la lista de invitados, todos entraron y ocuparon las 287 butacas del teatro, un lleno absoluto.

El tímido "buenas noches" del actor José Condessa, que entró en la sala acompañado de la secretaria de Temas Culturales del gobierno de las Azores, quedó ahogado por los atronadores aplausos que recorrieron la sala.

Antes de la exposición, el alcalde de Ribeira Grande, Alexandre Gaudêncio, subió al escenario para expresar un deseo corroborado por la comunidad de Rabo de Peixe, la mayor parroquia del municipio que ocupa la costa norte de la isla de São Miguel: "Este será el punto de inflexión para Rabo de Peixe".

Las luces se apagaron y los murmullos ansiosos se acallaron con el inicio de la sesión. El primer episodio se siguió con atención, con carcajadas cada vez que aparecía una expresión típica del pueblo.

Al final, un largo y entusiasta aplauso reflejó la acogida del público a la serie, expresada por el sentimiento del presidente de la parroquia de Rabo de Peixe, que admitió salir de la sesión "más relajado".

"Lo que preocupaba a toda la gente de Rabo de Peixe, y a mí como gobernador, era que degradase la imagen de la ciudad. Todos sabemos que muchas veces la realidad no es lo que parece. Aún no hemos visto el resto, pero por lo que hemos visto, creo que la gente mirará la serie con otros ojos", declaró Jaime Vieira a Lusa.

La serie, inspirada en el vertido de media tonelada de cocaína frente a las costas de las Azores en 2001, dividió a la comunidad local, que temía el impacto que la producción pudiera tener en la percepción de la gente y el estigma en torno a Rabo de Peixe.


Tras ver el episodio piloto, el presidente de la parroquia consideró que la serie transmitía un "mensaje fuerte para los jóvenes", para que "evitaran el camino más fácil" de las drogas.

"Después del primer episodio, el mensaje que quiero transmitir es la importancia que la serie da a evitar que más jóvenes sigan el camino de las drogas. A pesar de lo fácil que pueda parecer, el camino correcto no es ese. Esta serie lo muestra bien", conjeturó.

Para el presidente, la parroquia necesita "tomar la iniciativa" con la serie para que la gente visite Rabo de Peixe por la "sinceridad, humildad y hospitalidad de su gente".

"Lo que temíamos que ocurriese en el primer episodio no se cumplió. Esperamos que esto sea un giro y recuperar nuestra imagen. Que sea una fuerte motivación para que la ciudad crezca".