La ciudad está bellamente situada sobre siete colinas en el lado norte de la bahía de Mar del Palha, donde el río Tajo tiene su desembocadura en el Atlántico. La ciudad es compacta y fácil de explorar por su cuenta. El centro consta de tres distritos con distinto carácter pero con el mismo encanto.

En el corazón de Lisboa se encuentra la Baixa, construida tras el terremoto de 1755. El barrio está más cerca del río y junto a la ruta de los desfiles, la Avenida da Liberdade.

Al este está Alfama, con calles empinadas y sinuosas. Este barrio sobrevivió al terremoto y los barrios antiguos están bien conservados. Entre las numerosas calles empedradas hay muchas tiendas, bares y restaurantes al aire libre. Al oeste está el Bairro Alto, una zona agradable y algo más tranquila, con muchos restaurantes más sencillos y pequeñas tiendas. En los bares y restaurantes de la zona se suele interpretar música típica de fado. Aquí se encuentra también el moderno distrito comercial de Chiado.

La historia de Lisboa se remonta a la antigüedad, y la ciudad ha pertenecido tanto a los griegos, que la llamaban Olisipo, como a los romanos, que la llamaban Felicitas Julias. También los moros han gobernado Lisboa y aún hoy se pueden ver vestigios de la cultura romana y árabe por la ciudad. Durante el siglo XV y hasta la ocupación española en 1500, la ciudad floreció y fue una de las ciudades comerciales más importantes de Europa. Desde Lisboa partieron varios viajes por el mundo.

Pero hay mucho más en Lisboa y sus alrededores que estas zonas turísticas del centro. En la ciudad y sus alrededores hay algo para todos los gustos. Con 300 días de sol al año, podrá disfrutar del buen tiempo en las playas de arena dorada. Por qué no visitar uno de los acogedores viñedos para una apreciada cata de vinos o dirigirse a uno de los fantásticos campos de golf. La comida es de alta calidad y hay muchos restaurantes que satisfacen incluso a los más exigentes.

Lisboa es apta para todo el mundo, desde los que buscan un paraíso vacacional hasta los que quieren un lugar permanente al que llamar su hogar. Vivir en Lisboa significa estar rodeado de vida y movimiento durante todo el año.

Los pueblos de Cascais y Estoril están a poco más de 30 minutos del centro de Lisboa. Aquí, un gran número de escandinavos elige anualmente adquirir una propiedad.

Cascais, con sus diversos barrios familiares y de lujo frente al mar, es también un oasis vacacional para los portugueses que quieren relajarse.

Tanto Estoril como Cascais ofrecen hermosas playas, buenas compras y relajación, pero también la proximidad a la gran ciudad de Lisboa. Las propiedades de los dos pueblos reflejan el grandioso pasado de la zona y albergan tanto mansiones y casas adosadas como elegantes apartamentos nuevos y promociones en el puerto deportivo y junto a la playa.

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