Las fiestas vuelven con fuerza este año tras las restricciones por la pandemia y se espera que las calles de las ciudades de Oporto y Braga se llenen de juerguistas.

"Hubo un pequeño descenso en las ventas en años anteriores, pero ya no se nota, sobre todo porque las empresas han vuelto a buscar este artículo para ofrecer a sus empleados y clientes", explica Joaquim Araújo, el mayor productor de albahaca del norte del país.

Araújo, que prevé vender más de 40.000 macetas de esta planta tradicional, dijo que "más de la mitad de la producción se destina al Norte y al Centro del país", pero también observó "un aumento de la demanda del Sur".

"Es gratificante ver que las plantas que produzco volverán a alegrar las fiestas de verano después de los tristes años de la pandemia. Me siento muy bien por poder, con mi pequeña aportación, dar esa alegría a la gente", dijo.

Menos martillos

Aunque el mercado de la albahaca es boyante, no ha habido tanta demanda de los tradicionales martillos.

"Por ahora, no tenemos pedidos importantes y, por tanto, nuestra producción de los martillos es baja. Esperaremos hasta principios de junio, que es cuando suelen empezar a llegar los pedidos", explica a Lusa Rita Oliveira, responsable de la fábrica de plásticos de Moldra.

La empresaria recuerda que "en comparación con hace cuatro años, los pedidos son cuatro veces menos", pero espera que la situación aún cambie.

"Noto que hay una retracción. La pandemia obligó a la gente a replantearse el gasto, pero creo que la gente también necesita animarse con estos momentos festivos. Sería bonito volver a ver nuestros martillos en las calles", añadió Rita Oliveira.