"Lo que puedo decir es que, por todos los indicadores que tenemos hoy, el año 2023 será aún más difícil de lo que fue el año 2022", afirmó José Luís Carneiro a los periodistas.

Reforzando que el año será "muy difícil", el ministro dijo que cada uno tiene que hacer su parte.

"Tenemos que prepararnos, nos estamos preparando, pero está claro que los medios son siempre limitados en circunstancias de emergencia y lo que tenemos que hacer es la parte de cada uno", subrayó.

El ministro subrayó que el Estado portugués, Protección Civil y las autoridades locales están intentando hacer su parte, pero todos tienen que contribuir porque el 55% de los incendios que se produjeron en 2022 se debieron a negligencias.

Significa, añadió, que si hubiera más cuidado, responsabilidad y otras actitudes, que el número de incendios causados por negligencia podría ser menor.

Además, José Luís Carneiro dijo que la GNR ya está en todo el país concienciando sobre la necesidad de limpieza y desbroce preventivos.


Responsabilidad

"Nadie me puede acusar de no haber tenido, desde septiembre del año pasado, la preocupación habitual de la necesidad de alertar a todos y cada uno de los que tienen responsabilidades en todo el sistema para que hagan su parte", subrayó.

La superficie quemada en los incendios de 2022 fue más del triple que la de 2021, ya que los fuegos rurales habían consumido 109.514 hectáreas a finales de septiembre, la cifra más alta desde 2017, según los datos publicados en octubre por el Instituto para la Conservación de la Naturaleza y los Bosques(ICNF).

En un verano en el que el índice de sequía fue el más alto desde 2005 y en el que se registraron altas temperaturas, el riesgo de incendio fue elevado, lo que llevó al Gobierno a decretar en julio, por primera vez, la situación de calamidad en todo Portugal continental.

El mayor incendio del pasado verano fue el que comenzó el 6 de agosto en el municipio de Covilhã y que alcanzó la zona de la Serra da Estrela a lo largo de 11 días, habiendo consumido 24.334 hectáreas de bosque.

Más de una cuarta parte de los incendios rurales registrados en 2022 tuvieron su origen en incendios provocados, siendo la segunda causa más frecuente después de las quemas e incendios, que representaron el 41 por ciento del total de causas determinadas.

Según el documento, el 8 por ciento de los incendios se debieron a causas accidentales.