Un vídeo en las redes sociales y los informes de que se había oído un rugido parecían confirmarlo, y se inició una búsqueda con 300 hombres. Se utilizaron helicópteros, vehículos blindados y drones, pero al cabo de 30 horas no se encontró ningún león. Más tarde, los biólogos que revisaron las imágenes coincidieron en que probablemente se trataba de un jabalí. El rugido procedía del altavoz Bluetooth de un adolescente.