El impuesto se aplica a los sitios de apuestas, como los casinos en línea, o a los juegos de "dinero real" en los que hay que pagar para entrar y luego competir para ganar premios en metálico, como algunas competiciones de críquet de fantasía. El impuesto no se aplica a las ganancias de las competiciones de deportes electrónicos, que están clasificadas como un auténtico deporte.