El banco explica que, en el primer trimestre del año pasado, se registraron costes extraordinarios por valor de 164,5 millones de euros (netos de impuestos) con el plan de reestructuración (reducción de trabajadores, cierre de sucursales e inversiones en tecnología), lo que repercutió entonces en los beneficios.

En el primer trimestre de este año, los ingresos bancarios fueron de 331,7 millones de euros, un 21,2% menos que en el mismo trimestre de 2021.

Según Santander Totta, la caída de los ingresos bancarios se debe a la disminución de los ingresos por operaciones financieras (un 94 por ciento menos, hasta los 8,1 millones de euros).

El margen de intereses (estricto) se mantuvo prácticamente estable (0,7 por ciento), con 193,9 millones de euros, y las comisiones netas aumentaron un 23,3 por ciento, hasta 119,1 millones de euros.

Los costes de explotación se redujeron un 15,6%, hasta 121 millones de euros, mientras que los costes de personal disminuyeron un 11,7%, hasta 44,5 millones de euros.