En los Países Bajos, el 12,7% de las personas con raíces extranjeras declararon una forma de discriminación: el 9,2% dijo que se debía a su origen, el 1,1% a su sexo y el 0,7% a su edad. En ningún otro país de la UE hubo un porcentaje mayor de trabajadores que declararan haber sido discriminados por su origen étnico.