En primer lugar, me pregunto cuántas personas conocen la existencia del único Museo del Collar de Perro del mundo, una muestra de prendas caninas para el cuello que abarca cinco siglos de moda y función canina. Esta colección única consta de más de 130 collares que fueron recogidos por el erudito medieval John Hunt y su esposa. Ampliada por la Fundación del Castillo de Leeds, en Essex (Reino Unido), la colección cuenta con piezas desde la época medieval hasta la victoriana. Al parecer, en los siglos XV, XVI y XVII, los bosques de Europa estaban llenos de depredadores que se alegraban de arrancar el cuello a los perros de caza que se adentraban en su territorio, y para proteger a sus fieles compañeros, los cazadores les ponían gruesos collares de hierro cubiertos de impresionantes pinchos. De todos modos, ¡pobrecitos!

Hoy en día, los collares son una parte vital de la tenencia de perros. En ellos se cuelga su identificación, tal vez incluso su número de teléfono, y, por supuesto, te da un lugar para enganchar la correa cuando sales a pasear.

Pero, ¿sabía que los collares pueden ser perjudiciales para su perro?

Estrangulamiento

Los collares pueden engancharse en objetos y provocar asfixia, y pueden poner a su perro en riesgo de engancharse en un poste de la valla o en una rama del exterior. Incluso un collar bien ajustado puede ser peligroso si se utiliza para atar a un perro (el cielo no lo permita) en un patio trasero, donde se sabe que los perros intentan saltar una valla mientras están atados con una correa larga y acaban ahorcándose.

Problemas en la piel

Los collares demasiado apretados pueden provocar la caída del pelo, y la piel de esas zonas puede ser más propensa a las infecciones. Incluso un collar húmedo después de jugar en el agua en la playa o en el jardín puede causar rozaduras y dejar la piel dolorida expuesta a infecciones. En casos extremos, un collar muy apretado puede cortar el cuello del perro, lo que puede ocurrir en casos de negligencia, cuando se deja un collar del tamaño de un cachorro en un perro en crecimiento. Una buena idea es rotar entre varios collares y comprobar periódicamente que siguen ajustándose bien, e incluso dejar que el perro duerma por la noche sin collar para que tenga un poco de descanso.

Lesiones en las extremidades o en la boca

Aparte de los riesgos de estrangulamiento, un collar puede presentar otros riesgos físicos graves, especialmente si está demasiado suelto. Si su perro se rasca la oreja y el collar está suelto, existe la posibilidad de que la pata trasera se enganche accidentalmente dentro del collar, lo que podría provocar la rotura de una extremidad. También es posible que un perro se atasque los dientes o la lengua en un collar demasiado flojo mientras se acicala, lo que podría provocar la rotura de dientes u otras lesiones bucales.

Daños en el cuello

Los collares tradicionales pueden dañar el cuello del perro si el propietario utiliza el collar para tirar de él, o si el perro tira con demasiada fuerza. Tirar del perro hacia atrás puede causar daños, ya que el cuello es una zona muy sensible. La tensión repetida en el cuello puede incluso provocar problemas médicos a largo plazo, como el daño a las glándulas tiroideas y a los tejidos que rodean la zona del cuello y las glándulas salivales, por lo que el uso de un arnés de pecho puede ser una alternativa más segura si tiene un "tirón".

Consejos de seguridad para el collar

Los collares de seguridad, diseñados para romperse cuando se aplica presión a la hebilla, son una muy buena idea y pueden evitar muchas lesiones potencialmente mortales. A la hora de elegir el tamaño del collar, los expertos dicen que hay que asegurarse de que el pulgar quepa entre el collar y el cuello del perro, y si puede meter toda la mano, está demasiado flojo, y si no puede meter ni un dedo, está demasiado apretado. Para complicar las cosas, si el perro se sienta o se da la vuelta, su piel y su grasa corporal se redistribuyen, y un collar que se ajusta perfectamente cuando está de pie puede estar demasiado apretado cuando el perro se reclina. Un collar incorrecto también puede resultar irritante para el perro, por lo que los propietarios deben utilizar el sentido común a la hora de comprar un collar. Si un collar parece rígido e incómodo, probablemente lo sea: un collar muy rígido va a impedir su movilidad y puede acabar con un perrito muy abatido.


Author

Marilyn writes regularly for The Portugal News, and has lived in the Algarve for some years. A dog-lover, she has lived in Ireland, UK, Bermuda and the Isle of Man. 

Marilyn Sheridan