El Mercado de Loulé es uno de los lugares más visitados de la ciudad, atrayendo cada día a cientos de visitantes en busca de productos de la región. De hecho, es en los mercados donde podemos saborear la gastronomía del Algarve.

Abierto desde el 27 de junio de 1908, el mercado era bastante diferente de lo que es hoy. En aquella época, la idea era construir un mercado para el pescado, uno de los productos más importantes de la región, pero también para vender frutas, verduras, etc.

Han pasado más de 100 años y el mercado ha sufrido numerosos cambios. Ya no tenemos a nadie que pueda contarnos cómo era hace 100 años, pero la mayoría de los que trabajan allí tienen generaciones de experiencia recibiendo a los residentes de Loulé, y son capaces de hablar de uno de los lugares más importantes del municipio.

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Frutas y verduras


Al llegar, nos encontramos con Raquel Jesus en una frutería llamada "Pomar Algarvio". Esta frutería pertenece a sus padres, que tienen una pequeña explotación agrícola. En el mercado, vende la fruta que producen sus padres, así como otras verduras de otros agricultores locales.

Según Raquel, como las verduras y frutas que se venden en los mercados son de pequeños productores, aunque no tengan la etiqueta ecológica, acaban teniendo muchos menos pesticidas que las grandes producciones que llegan a los grandes supermercados. Por no hablar del sabor. Raquel dice que la fruta del mercado es mucho mejor que la del supermercado.

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En cuanto a los turistas, aunque dan mucha vida al mercado, no son los principales clientes de Raquel. "Si tienen hambre, puede que compren una pieza de fruta, o puede que compren un recuerdo para regalar a sus familiares, pero no compran productos en grandes cantidades", dice.


Productos locales


Isabel Pires, propietaria de Adega do Zé, lleva en el mercado desde 2011 con su marido. Empezó vendiendo bacalao seco, pero rápidamente se adaptó a las necesidades. Empezó a darse cuenta de que el flujo de turistas era alto, pero que los turistas no compraban bacalao seco, ni sabían qué hacer con él, así que decidieron empezar a vender otros productos.

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Hoy en día, Isabel's vende un poco de todo. Vinos de la región, licores, miel, piri-piri, entre otros. Según ella, el día más concurrido es el sábado y el peor el lunes, porque es el día en que no hay pescado fresco, pero abre la tienda de todos modos. "A algunos extranjeros no les gusta el olor a pescado y prefieren venir los lunes", añade.

Aunque se ha centrado mucho en los productos que aprecian los extranjeros, Isabel nunca olvida a los lugareños. "Nunca podemos olvidar el foco del mercado, que son los locales, porque sin ellos el mercado pierde su esencia y los turistas vienen en busca de esa esencia", dijo.


Pescado


Uno de los alimentos más buscados cuando se acude a un mercado es el pescado. En el Mercado de Loulé los puestos de pescado están situados al final del mercado, por lo que para ir a comprar pescado hay que recorrer todas las demás zonas del mercado. En los puestos de pescado nos encontramos con Donatila Nascimento, que lleva 30 años trabajando aquí.

"Algunos extranjeros vienen aquí, pero normalmente sólo para mirar y hacer fotos. No compran. Esto es muy malo, ya que en no se vende nada o muy poco", dice mientras recoge su pescado para marcharse. El tiempo apremia. Eran las 13.00 horas y, aunque el mercado está abierto hasta las 17.00 horas, muchos de los trabajadores se marchan a la hora de comer porque esta gente empieza a trabajar muy temprano por la mañana.

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Según la pescadera, la mayoría de sus clientes son lugareños de edad avanzada. "A los más jóvenes no les gusta el pescado, prefieren la carne. Además, incluso a los mayores, con la subida de precios, les parece caro y acaban por no tener dinero para comprarlo", añade.

En cuanto a los pescados más vendidos, la sardina es la reina del verano, pero al jurel le va muy bien el resto del año. Según ella, para comprar sardinas de buena calidad, los compradores deben ir al mercado en junio, julio y agosto.


Nuevos atractivos


Sin embargo, el mercado de Loulé atrae a los clientes no sólo por la comida, sino también por su maravillosa arquitectura. Pero la arquitectura tal y como la conocemos hoy no siempre fue así, nos cuenta Maria Albertina Nascimento, propietaria del café Bertina, en el mercado.

En más de una ocasión, el mercado de Loulé ha sido objeto de obras de renovación. "El mercado de Loulé sufrió sus primeras reformas en los años 80, y hace unos 15 años también se llevaron a cabo las obras que dieron lugar a lo que vemos hoy", explica Maria Albertina, que trabaja en el mercado de Loulé desde hace más de 40 años.


Por ejemplo, ahora hay restaurantes en el centro del mercado, pero esto es reciente. "Aquí (en el centro del mercado) había artesanía, también había eventos, como la feria del chocolate, que atraía a muchos visitantes", dijo. Pero desde hace dos años, en lugar de artesanos, tenemos restaurantes que sirven comidas como hamburguesas".

A la pregunta de cómo va el negocio, Maria Albertina responde: "Estamos en temporada baja, pero cuando llegue el verano notaremos un aumento de las ventas. Todos los años es así", afirma.

En común, todos los propietarios comparten la misma opinión sobre la falta de aparcamiento. Desde los que dicen que hace que algunas personas no busquen el mercado, hasta los que lamentan que algunos clientes tengan que comprar menos cantidad para no tener que caminar mucho con pesadas bolsas hasta sus coches, todos coinciden en que el aparcamiento debería ser gratuito cerca del mercado.


Author

Paula Martins is a fully qualified journalist, who finds writing a means of self-expression. She studied Journalism and Communication at University of Coimbra and recently Law in the Algarve. Press card: 8252

Paula Martins