La mayoría de las personas que viven en el Algarve tienen una cierta cantidad de dinero, algunas mucho, otras lo justo, para alimentar a todas las personas de su hogar, y tienen el privilegio de abrir la nevera o la despensa y escoger diferentes cosas para hacer una o dos comidas. Pueden permitirse tener una selección de ropa en su armario, y cuando les apetece algo nuevo, simplemente van y lo compran.

Otros son menos afortunados. De hecho, algunos ni siquiera tienen nevera y sus despensas están vacías. O no tienen agua corriente, ni siquiera electricidad o gas, y duermen todos en una habitación porque es lo único que tienen, compartiendo mantas cuando hace frío. Increíble, ¿verdad? En una zona donde la riqueza es evidente, la gente viste bien, come bien, e incluso le sobra al final de la semana para comer en un restaurante. Pero bajo la superficie hay familias necesitadas que, por causas ajenas a su voluntad, padecen enfermedades que impiden trabajar al sostén de la familia, otras no pueden conseguir trabajo por el motivo que sea, o las que sí pueden, no ganan lo suficiente para alimentar a toda su familia -quizá ampliada-. Así que estiran sus míseros presupuestos, y aun así no hay suficiente. Se tragan su orgullo y piden ayuda.

¿Qué hace Refood?

Aquí es donde interviene el movimiento Refood. Invitan a toda la comunidad local a formar parte de un movimiento 100% voluntario que transforma no sólo los residuos en alimentos, sino también las vidas de todos los implicados en una auténtica economía circular y solidaria, impulsada por la buena voluntad. Muchos hoteles y algunos supermercados contribuyen con comida sobrante, y los voluntarios la recogerán y redistribuirán desde sus depósitos centrales.

Créditos: Facebook; Autor: @refoodportugal;

La acción diaria del Movimiento Refood tiene efectos inmediatos: la buena comida no se desperdicia, la gente no pasa hambre, los ciudadanos pueden donar una pequeña parte de su tiempo para cambiar el mundo en su barrio, las empresas locales pueden activar su deber de responsabilidad social y medioambiental y todo el mundo puede participar activamente en una economía circular que produce bien social en su propia comunidad local. Los hoteles y supermercados locales que tienen alimentos que se desperdiciarían en circunstancias normales dan estos alimentos a Refood, y se reparten entre familias necesitadas.

Esto no ocurre por sí solo. Necesitan voluntarios para que funcione: un voluntario sólo tiene que dedicar 2 horas a la semana de forma regular, siempre que sea posible. Invariablemente, esta experiencia genera un retorno de la inversión (traducido en felicidad), que se traduce en el deseo de continuar.

Necesitan ayudantes para que esto ocurra

Refood es el primer paso para salir de la pobreza, y el mayor beneficio social directo del trabajo de Refood es erradicar el hambre, ya que la inclusión y alimentación de las familias necesitadas reduce las desigualdades, además de todo esto, son capaces de transformar los residuos en alimentos nutritivos para todos aquellos que lo soliciten. El anonimato absoluto es primordial, y los voluntarios tienen un número de familias a las que "cuidan" dejando comida con la regularidad que les permiten las donaciones.

Créditos: Facebook; Autor: @refoodportugal;

La experiencia de los gestores voluntarios garantiza la continuidad de los equipos, con la sostenibilidad medioambiental en el centro de su funcionamiento, ya que cada comida rescatada no sólo evita residuos sino que ayuda a nuestro entorno. Su enfoque comunitario y su modelo de inclusión (contactar, invitar e incluir a personas, empresas, instituciones locales, etc.) para que participen con su tiempo, alimentos u otro apoyo material es un proceso que garantiza los costes operativos de cada centro local, que son varios.

Los centros del Algarve se encuentran en Albufeira (Guia), Faro, Almancil, Portimão, Tavira y Vila Real de Santo Antonio.

Para más información, visite el sitio web nacional de Refood: https://re-food.org.


Author

Marilyn writes regularly for The Portugal News, and has lived in the Algarve for some years. A dog-lover, she has lived in Ireland, UK, Bermuda and the Isle of Man. 

Marilyn Sheridan