Según el informe de actualización de las perspectivas económicas, la organización señala que, al desacelerarse los precios de la energía y los alimentos, así como la demanda de mano de obra, la inflación bajará un 5,5% este año ( 5,7% en la última actualización) hasta el 3,3% en 2024 y el 2,4% en 2025, cerca del objetivo del 2% que quiere alcanzar el Banco Central Europeo.

Las previsiones del Fondo Monetario Internacional apuntan, a su vez, a una reducción de la tasa de inflación al 5,3% en 2023 y al 3,4% en 2024.

El Banco de Portugal(BdP) revisó ligeramente al alza la inflación para este año y el próximo, hasta el 5,4% y el 3,6%, debido principalmente a los precios de la energía, pero espera que la tasa siga reduciéndose.

"La eliminación progresiva de las ayudas a la energía y a la inflación y el elevado crecimiento del PIB [Producto Interior Bruto] nominal contribuirán a mantener los superávits presupuestarios y a reducir la deuda pública hasta alrededor del 98% del PIB en 2025 (definición de Maastricht)", destaca la OCDE en el informe.

"Un crecimiento del empleo o de los salarios superior al previsto apoyaría el consumo, pero también alimentaría la inflación", advirtió, y "por otra parte, los gastos del PRR [Plan de Recuperación y Resistencia] podrían ejecutarse más lentamente de lo previsto, lo que implicaría un menor crecimiento e inflación", según la organización.