Hasta ahora, sólo existía en el mercado un preparado a base de cannabis, que consiste en flores secas de la planta "Cannabis sativa", que contiene un 18% de tetrahidrocannabinol (THC) y menos de un 1% de cannabidiol (CBD).

En una respuesta escrita a Lusa, la Autoridad Nacional de Medicamentos y Productos Sanitarios declaró que "se aprobaron tres nuevas autorizaciones de comercialización (ACM) para preparados a base de cannabis con fines medicinales".

El uso de estos productos depende de la evaluación clínica, realizada por un médico, en relación con las indicaciones terapéuticas aprobadas y su venta sólo puede realizarse en la farmacia previa presentación de una receta médica.

Las indicaciones para el uso de estos productos incluyen el dolor crónico asociado a enfermedades oncológicas, la epilepsia y el tratamiento de trastornos convulsivos graves en la infancia, la esclerosis múltiple, las náuseas y los vómitos causados por la quimioterapia, la estimulación del apetito en cuidados paliativos para pacientes sometidos a tratamiento oncológico o con SIDA.

El uso de cannabis con fines medicinales está permitido en Portugal desde 2019.