La huelga fue convocada por la Asociación Nacional de Profesores de Informática(Anpri) y la Federación Nacional de Profesores (Fenprof), que admitieron prolongarla hasta el final del curso escolar.

Según las dos estructuras sindicales, los profesores, especialmente los de informática, están siendo llamados a realizar tareas que, según ellos, no forman parte del "contenido funcional de la profesión docente" y que están relacionadas con las pruebas de evaluación, que volverán a realizarse en formato digital.

En cuestión está el apoyo técnico a las pruebas y el mantenimiento de los equipos tecnológicos que, en opinión de Anpri y Fenprof, debería asignarse a personal técnico, que los centros no pueden contratar.

Las pruebas de evaluación, dirigidas a los alumnos de 2º, 5º y 8º curso, comienzan en mayo, y el 12 de junio será el turno de todos los alumnos de 9º curso. Está previsto que el proyecto de desmaterialización de pruebas y exámenes se extienda a la enseñanza secundaria el año que viene.

En los últimos meses, han sido constantes las advertencias de los profesores sobre la falta de condiciones para realizar pruebas digitales: Además de miles de equipos dañados, hay problemas con la red de Internet en muchas escuelas y faltan informáticos.

La semana pasada, el Gobierno habilitó 6,5 millones de euros para comprar nuevos ordenadores que sustituyan a los dañados y garantizar así que todos los alumnos dispondrán del equipamiento necesario para realizar las pruebas de evaluación y los exámenes nacionales del 9º curso en formato digital, una medida que fue insuficiente para que los profesores desconvocaran la huelga.