Las organizaciones ecologistas Zero y ANP/WWF, DECO - Protección de los Consumidores, y la Plataforma TROCA, de Comercio Justo Internacional, dicen estar preocupadas por la posibilidad de que la legislación europea para combatir la deforestación global y las crisis del clima y la biodiversidad "pueda llegar a ser subvertida".

Se trata del Reglamento Europeo de Productos Libres de Deforestación (EUDR), un diploma que entró en vigor el año pasado y que las organizaciones consideran que puede ser decisivo para alcanzar la deforestación cero.

Las asociaciones advierten, en un comunicado, de que casi toda la deforestación y degradación de los bosques tropicales del mundo (entre el 90% y el 99%) se debe a la expansión insostenible de la agricultura, para producir alimentos destinados a la exportación. La Unión Europea (UE) es uno de los principales compradores de estos productos, y la normativa prohíbe la entrada de aquellos que procedan de la deforestación.

Ahora, afirman en el comunicado, que a pesar de la aprobación del reglamento, algunos Estados "pretenden aplazar sus compromisos y debilitar las nuevas normas".

Las cuatro organizaciones afirman que los ministros de Agricultura y Medio Ambiente, José Manuel Fernandes y Maria da Graça Carvalho, respectivamente, "que ayudaron a hacer realidad esta legislación en el Parlamento Europeo", deben ahora "liderar una implementación de excelencia en Portugal".

El diploma, subrayan las organizaciones, pretende impedir la circulación hacia y desde los países de la UE "de mercancías contaminadas por la deforestación", es decir, las que contienen o son mercancías de riesgo, como el cacao, el café, el ganado, el aceite de palma, el caucho, la madera y la soja. A través de la legislación se puede poner fin a la degradación de los bosques europeos y tropicales, como el Amazonas.

Sin embargo, revelando las cuatro asociaciones, una investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) demostró que Estados como Austria, Alemania, Países Bajos y Rumanía no transfirieron los recursos mínimos para la aplicación de la EUDR.

Mientras "la deforestación sigue produciéndose a un ritmo preocupante", hay gobiernos de la UE que "tratan de subvertir", desregular y posponer la normativa, haciéndose eco de las posiciones de algunas industrias y devaluando la "reconocida urgencia de hacer frente a las crisis medioambientales", advierten.

La huella de deforestación de la UE, según la declaración, es actualmente la segunda mayor del mundo.