El proyecto piloto Covidetect está en marcha desde el año pasado y los resultados preliminares se presentaron el 26 de mayo en Lisboa, en la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Alcântara, y sus responsables explicaron que los datos recogidos en el agua reflejaban la evolución diaria de la pandemia de Covid-19 en los últimos meses.

Con el proyecto se ha podido detectar, en Gaia, variantes de Covid procedentes de California y Nigeria.

El proyecto piloto finaliza en agosto, pero el Ministro de Medio Ambiente y Cambio Climático, João Pedro Matos Fernandes, que estuvo en la ceremonia, aseguró a Lusa que el análisis de las aguas de las EDAR continuará y se ampliará.

"Claramente sí", dijo el ministro sobre la continuación del proyecto, cuyos resultados mostraron que era posible detectar el virus y sus variantes en las aguas residuales.

João Pedro Matos Fernandes subrayó que no todas las depuradoras están preparadas para hacer esta detección, pero que es "absolutamente imprescindible" ampliar el proyecto piloto, para que el análisis del agua se convierta en "una norma común para las depuradoras de todo el país".

Las depuradoras que se construyan o renueven tendrán que estar preparadas para este tipo de análisis.

El proyecto piloto se aplicó a cinco plantas de tratamiento de aguas residuales, en Lisboa, Cascais, Gaia y Guimarães, y también se controló la circulación del virus en las redes de drenaje de los efluentes de tres hospitales.

La ministra de Sanidad, Marta Temido, que también participó en la presentación de los resultados preliminares de Covidetect, consideró que se trata de una "poderosa herramienta" para combatir la actual pandemia y las futuras, y destacó la importancia de actuar de forma temprana ante los fenómenos de riesgo.

El proyecto supone, dijo, la oportunidad de contar con un sistema de notificación en tiempo real a las autoridades sanitarias, y tiene un "enorme valor" en el "arsenal de respuesta a la pandemia".

La siguiente fase del proyecto consiste en difundir los resultados y crear un sistema de alerta en tiempo real para notificar a las autoridades sanitarias y medioambientales la reaparición del virus.

Covidetect se puso en marcha en abril del año pasado y está financiado por la Unión Europea, siendo desarrollado por un consorcio que reúne a empresas del grupo Águas de Portugal (AdP), la Facultad de Ciencias de la Universidad de Lisboa y el Laboratorio de Análisis del Instituto Superior Técnico.

Se analizaron un total de 760 muestras de aguas residuales entre el 27 de abril y el 2 de diciembre de 2020, "lo que confirma que los datos obtenidos para el SARS-CoV-2 a partir de aguas residuales no tratadas siguieron, de forma muy ajustada, los nuevos casos diarios notificados para las regiones en las que se encuentran las plantas de tratamiento de aguas residuales analizadas en este estudio", dijeron los responsables.

Los responsables del proyecto han colaborado con la Comisión Europea en la iniciativa de convertir las aguas residuales en centinelas de la presencia del virus. La Comisión ya ha formulado una recomendación para un enfoque común de vigilancia del SRAS-CoV-2 y sus variantes en las aguas residuales de la Unión Europea.

Nuno Brôco, vicepresidente de AdP VALOR (empresa del grupo AdP y líder del consorcio), recordó que la Comisión Europea ha recomendado que todos los Estados miembros apliquen este sistema antes del 31 de octubre de este año, y añadió que Portugal está en condiciones de hacerlo antes.

La recomendación indica que las plantas que dan servicio a un área mayor de 150.000 habitantes deben ser controladas.

El funcionario dijo que el proyecto actual, que es un piloto y no implica un gran número de plantas de tratamiento de aguas residuales ni un análisis continuo, permite con unos días de antelación (cuatro días, por ejemplo) tener datos sobre un aumento de la carga viral en un lugar concreto. "Su objetivo es detectar tendencias de crecimiento o disminución" de la carga viral, dijo.

Países como Australia o Nueva Zelanda ya utilizan las plantas de tratamiento como "centinelas", creando un sistema online en el que las plantas aparecen con un color verde, que se vuelve rojo cuando se detecta material genético del virus.