"Corresponde a cada empresa tomar la decisión de subir, bajar o mantener el precio de su pan, ya que el precio y el peso del pan se calculan en función del coste de su producción y este coste ha ido aumentando. Así, aunque no es posible establecer un porcentaje para la corrección del pan, la variación de los precios de la harina, la energía y la mano de obra debería ser un buen indicador de ello", dijo Luís Gonçalves a Lusa.

Según el presidente de ACIP, el aumento de los factores de producción está ejerciendo "presión sobre el precio final" de los productos, y muchas empresas de panadería y pastelería ven sus márgenes de beneficio "aplastados en una lucha por el equilibrio entre la satisfacción del cliente y la viabilidad del negocio". Sin embargo, ACIP señaló que, a pesar de estar preocupados, los empresarios están "trabajando activamente en la creación de soluciones".

En cuanto al consumo, Luís Gonçalves señaló que en 2021 fue "equivalente al de años anteriores", lo que puede justificarse por el hecho de que el pan es un bien "básico" y forma parte de la dieta portuguesa.