El Consejero Delegado del gigante farmacéutico declaró que la empresa había elegido Dublín porque los tipos impositivos del Reino Unido eran "desalentadores". El tipo impositivo británico para las empresas es del 19%, pero está previsto que aumente al 25% en abril.

"La decisión de AstraZeneca de invertir en Irlanda, y no en el Reino Unido, porque nuestros tipos impositivos son demasiado altos, demuestra lo perjudicial que es la política fiscal de los gobiernos. Los impuestos elevados destruyen puestos de trabajo y generan menos ingresos fiscales", declaró el diputado conservador Jim Redwood.

Redwood añadió que la nueva ministra de Ciencia, Michelle Donelan, "tiene que decirle al Tesoro que no puede hacer su trabajo con tipos impositivos altos e impuestos adicionales que envían gente y dinero al extranjero".

El ex Secretario de Sanidad británico Matt Hancock declaró: "Esta decisión era completamente evitable. En el ámbito de las ciencias de la vida, los datos, la inteligencia artificial, los ensayos clínicos y otras industrias del futuro, estamos desperdiciando una ventaja, al no aprovechar el éxito mundial de nuestro programa de vacunas".

"Es una enorme llamada de atención", añadió.

En declaraciones a los organismos de radiodifusión, el Canciller Hunt dijo: "Estamos de acuerdo con sus argumentos fundamentales: necesitamos que la fiscalidad de las empresas sea más competitiva y queremos reducirla.

"Pero los únicos recortes fiscales que no vamos a considerar son los que se financian con préstamos, porque no son un verdadero recorte de impuestos. Sólo pasan la factura a las generaciones futuras".

El director ejecutivo de la Asociación de la Industria Farmacéutica Británicael Dr. Richard Tobett, declaró a BBC Radio 4: "Hay más historias sobre la pérdida de inversiones, como la que hemos visto con AstraZeneca, que las historias de ruido positivo que llegan, y realmente tenemos que darle la vuelta a eso".

"El acuerdo que tenemos con el NHS ha llegado al punto de que las empresas están pagando más de una cuarta parte de sus ingresos -no beneficios, sino ingresos- al Gobierno.

"Tenemos que llegar a un punto en el que el Reino Unido pueda competir por la inversión en igualdad de condiciones, y todavía no hemos llegado a ese punto".