En un comunicado, Zero - Associação Sistema Terrestre Sustentável destaca que "las emisiones asociadas al consumo de gasóleo y gasolina en el transporte por carretera siguen aumentando", según cálculos realizados a partir de la Estadística Rápida de Combustibles Fósiles, publicada por la Dirección General de Energía y Geología.

Considerando el periodo comprendido entre julio de 2022 y julio de 2023 (ambos inclusive), las emisiones ascienden a 18,2 millones de toneladas de dióxido de carbono, un 6,2% más que en el periodo comprendido entre julio de 2018 y julio de 2019, antes de la pandemia de Covid-19.

Entre julio de 2022 y julio de 2023, el incremento fue del 5,4%, estima la asociación, que asegura que esto sucedió "a pesar de que los precios de los combustibles de carretera se encuentran en niveles históricamente altos, de que casi un millón de personas han adoptado el modelo de trabajo híbrido y de la pérdida de poder adquisitivo".

Según las cuentas de Cero, el mayor crecimiento se registró en el consumo de gasolina 95 (12,9%), mientras que el gasóleo subió un 4,9%, lo que permite determinar que el origen del aumento de las emisiones se debe más al mayor uso de vehículos ligeros que de pesados de pasajeros y mercancías.

Cero atribuye este aumento a "varios fenómenos", en concreto el paso de antiguos usuarios del transporte público a utilizar el coche privado, "como forma de reducir el riesgo de contagio" de Covid-19.

Al mismo tiempo, "la gran expansión de las modalidades de trabajo parcial o totalmente a distancia puede haber reducido el coste relativo del uso del transporte individual en relación con los abonos de autobús, aumentando el atractivo del coche", señala.

Además, "la salida de muchas decenas de miles de residentes de los municipios de Oporto y Lisboa (alrededor de 70 mil entre 2019 y 2022) debido a la fuerte subida de los precios de la vivienda" puede haber aumentado los desplazamientos en coche.

Además, hubo un aumento de turistas "que visitaron regiones más alejadas de los aeropuertos de Lisboa, Oporto y Faro", utilizando coches.

Para la asociación, 2024 tiene que ser un "punto de inflexión", ya que, para alcanzar los objetivos climáticos para 2030, "las emisiones del sector del transporte tienen que reducirse un 2% cada año, a partir del año que viene".