"Los lisboetas no deben pagar por lo que resulta del exceso de turismo en la ciudad", afirmó el líder del grupo municipal del PSD.

La propuesta del PSD de un estudio para actualizar la tasa turística en Lisboa fue aprobada con los votos en contra de PEV, PCP y Chega, la abstención de BE e IL, y los votos a favor de Livre, dos diputados independientes de Cidadãos Por Lisboa (elegidos por la coalición PS/Livre), PS, PSD, PAN, MPT, PPM, Aliança y CDS-PP.

En la presentación de la propuesta, se destacó la "enorme presión turística" sobre la higiene urbana, el mantenimiento de los espacios públicos, la contaminación y el ruido en la ciudad de Lisboa, reforzando que "estas consecuencias negativas tienen costes", que deben ser mitigados con cierta "urgencia".

La tasa turística en la ciudad de Lisboa se aplicó por primera vez en enero de 2016, sobre las pernoctaciones de turistas nacionales (incluidos los residentes en Lisboa) y extranjeros en hoteles o unidades de alojamiento locales. Inicialmente, era de un euro por noche, pero en enero de 2019 aumentó a dos euros por noche. Los pasajeros de cruceros no empezaron a pagar la tasa hasta este año.

Pronunciándose en principio contra la creación de nuevos impuestos y tasas, así como contra el aumento de los ya existentes, el diputado del CDS-PP Martim Borges de Freitas sugirió la posibilidad de que la tasa turística no sea la misma en todas las zonas de la ciudad.

"En vez de una actualización generalizada e igual para todos los turistas que visitan Lisboa, tal vez sería bueno avanzar hacia una tasa turística diferenciada que tuviera en cuenta, por ejemplo, la clasificación de las zonas ya establecida para la atribución de las licencias de alojamiento local, aunque fuera adaptada", propuso.

Martim Borges de Freitas explicó que "el valor de la tasa turística debería ser menor o incluso cero" en las zonas con menor presión turística y "las zonas en las que la presión turística es mayor el valor de la tasa turística sería mayor".

Justificando la abstención, Maria Escaja, del BE, argumentó que la distribución de la tasa turística debe ser revisada, ya que "sólo el 1 por ciento va a la limpieza urbana y el 99 por ciento se invierte en turismo", añadiendo que "la tasa turística debe mitigar los efectos del turismo y no sólo servir para aumentar el sector".

El diputado del PCP Fernado Correira afirmó que "los ingresos de la tasa turística nunca se han destinado ni se destinan, al menos en su inmensa mayoría, a los necesarios esfuerzos de limpieza e higiene urbana, ni a la rehabilitación y mantenimiento del espacio público".