Tara Lightner, de 52 años, y su hija Peyton Nagel, de 22, se marcharon de Tucson (Arizona) con dos maletas, dos mochilas y su mezcla de coonhound y labrador negro de 8 años llamada Echo Bella. Afligidos por la vida que llevaban en Estados Unidos, esperaban establecerse en algún lugar del extranjero donde pudieran escribir un nuevo capítulo de sus vidas.

La vida le dio un vuelco a Tara en 2017, cuando le robaron la identidad. Como todos los ciudadanos estadounidenses, presentó su declaración de la renta ante el Servicio de Impuestos Internos, pero como su identidad había sido comprometida, se las arreglaron para evitar emitirle un reembolso. "Después de interminables llamadas telefónicas al IRS, sentí que no tenía otra opción, así que busqué demandarlos. Hicieron falta varias presentaciones de mis abogados, y finalmente se resolvió en unos 8 meses". Aunque recibió una devolución de 6.000 dólares, no le pagaron los intereses devengados.

Otro golpe para Tara llegó en 2023, cuando su trabajo corporativo en ventas de software no le compensó gran parte de su bien ganada comisión. Angustiada y desesperada por otra decepción, dejó el trabajo. "En ese momento, estaba dispuesta a venderlo todo e irme a vivir en una furgoneta", dice Tara.

Peyton, la hija de Tara, se enamoró del deporte del rugby en el instituto y siempre quiso jugar a nivel internacional mientras continuaba sus estudios en línea con la Universidad de Arizona. Tara, desanimada por la vida en Estados Unidos, necesitaba hacer un cambio y empezar de nuevo, así que el dúo madre-hija decidió irse a algún sitio juntas. "Las dos queríamos aprender un nuevo idioma y adaptarnos a una nueva cultura, así que empezamos a investigar", explica Tara.

Tara y Peyton consideraron primero Nueva Zelanda o Australia como su lugar ideal para expatriarse, pero ambos resultaron ser demasiado caros, según Tara. "Además, nuestra perra Echo Bella habría tenido que estar en cuarentena demasiado tiempo, lo que no habría funcionado para nuestra princesa".

Un gran ajuste

"Unos conocidos nos sugirieron que echáramos un vistazo a Portugal y, tras investigar un poco, decidimos que encajaba perfectamente". Visitaron Lisboa, Oporto y Coimbra, intentando mantener la mente abierta sobre el lugar en el que acabaríamos instalándonos.

"Cuando llegamos por primera vez a Portugal, viajamos para ver clubes de rugby, pero el de Coimbra tenía todo lo que buscábamos y más", exclama Tara. "La comunidad del rugby es fabulosa y abierta, algo que adoramos".

Actualmente, Peyton juega en tres equipos de rugby diferentes: Rugby Agrária (AEESAC), Norte/Centro Seleção Regional, y 7s Universitários Femininos da UC, que la mantienen a ella y a su madre muy ocupadas. "Por desgracia, Peyton no puede jugar en la selección nacional de Portugal porque no es portuguesa", dice Tara.

"Cuando vivíamos en Estados Unidos, si Peyton hubiera podido hacerse profesional, lo habría hecho, pero nos sentíamos desgraciadas y sólo queríamos irnos". Pero como Peyton jugaba bajo el paraguas de la USA Rugby Association, pudo trasladarlo a Portugal.

Además de su amor por el rugby, Peyton está terminando su licenciatura online en psicología, con especializaciones en arte y desarrollo infantil. Tiene previsto seguir trabajando para obtener un máster y, con el tiempo, dirigir un programa de arteterapia sin ánimo de lucro para supervivientes de la trata de personas. Tanto Peyton como Tara estudian portugués en la Universidad de Coimbra.

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Educación en línea

Tara continúa sus estudios en línea en la Universidad de Wilmington para obtener un máster en ciberseguridad. "Estoy deseando trabajar con personas y organizaciones sin ánimo de lucro para proteger a quienes no quieren volver a la América corporativa, a trabajar para empresas codiciosas", dice Tara.

"Coimbra es una ciudad muy guay con un aire a Harry Potter, donde los universitarios llevan capas negras. Tiene un aire mágico y místico", explica Tara. Y los que viven en Coimbra tienen un dicho: "Tú no eliges Coimbra, Coimbra te elige a ti".

A Tara y Peyton les encantan los amigos que han hecho, los increíbles productos frescos y los magníficos restaurantes y cafés. "Aquí todo sabe mucho mejor", dice Tara. "La comida no está llena de toxinas y conservantes como en Estados Unidos. En EE.UU. evité el gluten durante años, pero siempre me encontraba mal después de comer. Aquí puedo comer de todo y sentirme bien".

¿Qué es lo próximo para este dúo dinámico? Como Tara arregló y transformó su última casa en Arizona, espera encontrar un proyecto similar en Portugal. Construir una casa diminuta también es algo que atrae a esta buscavidas, pero primero quieren viajar por todo el país antes de decidir su próximo lugar.

"Estamos tanteando el terreno, pero la idea de viajar o incluso de vivir en una furgoneta me sigue llamando", dice Tara con una sonrisa.


Author

Terry Coles has been writing about living and travelling abroad since she left the US in 2011. She and her husband have lived in Panama and now reside in Portugal. 

Terry Coles