Es el año 1974, no hace mucho, apenas 50 años, pero tuvo un profundo efecto en Portugal y será recordado por muchos que conocieron la vida antes de esa fecha. Conocida como la Revolución de los Claveles, tuvo lugar en Lisboa y supuso el fin del gobierno fascista.


¿Qué ocurrió?

Fue el día en que un golpe militar derrocó el régimen del Estado Novo (Nuevo Estado) que había iniciado Antonio de Oliveira Salazar, Primer Ministro de Portugal desde 1933 hasta 1968, tras lo cual le sustituyó Marcelo Caetano. Durante el mandato de Salazar (o algunos dirían su dictadura), redactó la nueva constitución que reorganizó el sistema político de Portugal siguiendo líneas autoritarias. Salazar eligió a sus propios ministros para la Asamblea Nacional, cuyo trabajo supervisó de cerca. Se recortan las libertades políticas en Portugal y la policía militar reprime a los disidentes.

El revolucionario Movimiento de las Fuerzas Armadas (Movimento das Forças Armadas) era una coalición que quería traer el cambio político y social y se inició como un intento de liberar a Portugal del nuevo régimen y de las nuevas leyes militares. Muchas personas inocentes cayeron en manos de la agencia de seguridad portuguesa conocida como la Policía Internacional y de Defensa del Estado, alias PIDE, que tenía el poder de detener y arrestar a cualquier persona sospechosa de conspirar contra el Estado, y encarcelaron y asesinaron a muchos activistas políticos, anarquistas, comunistas, trabajadores, intelectuales, etc.


Enlace de los claveles

La Revolución de los Claveles acabó con más de 40 años de dictadura y puso fin al régimen autoritario más longevo de Europa. Comenzó con música en la radio: primero, a las 22:55 del 24 de abril, sonó "E Depois do Adeus" de Paulo de Carvalho; después, el 25 de abril a las 00:25, sonó "Grandola, Vila Morena" de José Afonso en Radio Renascenca. Aquello era poco común ya que era una canción prohibida en el país, debido a la conexión con los ideales comunistas, y fue la segunda señal al pueblo de que la revolución estaba empezando y que los revolucionarios debían ocupar los puntos estratégicos del país. En pocas horas, el Estado Novo fue derrocado.

La Revolución de los Claveles debe su nombre al hecho de que casi no hubo disparos, sobre todo de Celeste Caeiro. Ese día, Celeste debía trabajar en un restaurante, pero debido a la revolución, no abrió. El primer aniversario del restaurante era el 25 de abril y, para celebrarlo, los propietarios planeaban regalar flores a todos sus clientes, pero ese día no salió según lo previsto debido al golpe. A Celeste la enviaron a casa con los claveles, pero cuando Celeste vio los tanques y les preguntó qué estaba pasando, le respondieron: "¡Es una revolución!". Un soldado le pidió un cigarrillo, pero ella no tenía ninguno y todos los lugares estaban cerrados. Lo único que tenía eran las flores, así que las colocó en los cañones de las armas de los soldados, y pasó a ser conocida como Celeste de los Claveles. La población se echó a la calle para celebrar el fin de la dictadura, y otros siguieron su ejemplo, colocando claveles en las armas y en los uniformes de los soldados, y las fotos de las armas con las flores se convirtieron en un símbolo icónico de la paz.


La vida antes de la Revolución

La vida durante la dictadura estaba marcada por estrictos controles sociales y dificultades económicas, en las que la gente luchaba por llegar a fin de mes. La vida cotidiana estaba muy regulada y las libertades civiles básicas eran prácticamente inexistentes. Los medios de comunicación estaban fuertemente censurados y la policía secreta vigilaba a los posibles disidentes, creando una atmósfera de miedo y silencio. Muchos ciudadanos no hablaban de política ni siquiera dentro de sus casas, por miedo a las repercusiones.

El servicio militar obligatorio era impopular, pero era una realidad ineludible. Las mujeres tenían un papel limitado en la sociedad y, en general, estaban confinadas a la vida doméstica, con escasas oportunidades de educación y empleo. Sin embargo, los portugueses encontraron pequeñas formas de resistir, como la música folclórica como el fado, que a menudo contenía críticas veladas a la vida bajo la dictadura, o la difusión de literatura clandestina.

El 25 de abril se celebra cada año en todo Portugal y se conoce comúnmente como el Día de la Libertad. Desde entonces, las flores de clavel se han convertido en un símbolo de paz y libertad para el pueblo portugués, gracias a Celeste.


Author

Marilyn writes regularly for The Portugal News, and has lived in the Algarve for some years. A dog-lover, she has lived in Ireland, UK, Bermuda and the Isle of Man. 

Marilyn Sheridan