El programa portugués Golden Visa se creó en 2012. Desde entonces, se han invertido en Portugal 6.099.799.479,59 euros y, en consecuencia, se han creado puestos de trabajo indirectos y un enorme estímulo en diversas áreas del sector empresarial.

Después de casi 10 años de un programa exitoso, el gobierno, liderado por la presión política, decidió aumentar el umbral mínimo de ciertas actividades de inversión elegibles y limitar las áreas donde se puede ejecutar la inversión inmobiliaria. Dos de las principales actividades de inversión se vieron afectadas con estos cambios:

  • Aumento de 350.000 euros a 500.000 euros para suscribir fondos de inversión;
  • La inversión inmobiliaria con fines residenciales se limitará a las zonas interiores del país, así como a las islas Madeira y Azores. Las zonas urbanas, como Lisboa y Oporto, estarán disponibles para comprar propiedades comerciales y turísticas.

Hasta ahora, la inversión inmobiliaria era, sin duda, la preferencia del inversor. Sin embargo, con los cambios mencionados, así como el aumento de las solicitudes a distancia causadas por la pandemia, la inversión en la suscripción de fondos de inversión progresó. Hoy en día, los inversores suelen mencionar que prefieren invertir en un producto financiero que poseer un activo físico en Portugal que, por supuesto, conllevará más gastos y que requiere un mantenimiento regular.

Al darse cuenta de este fenómeno, empezaron a constituirse fondos de inversión con la finalidad específica de ser una inversión elegible para solicitar el Golden Visa. Dichos fondos se diversifican y se centran en diferentes áreas: inmobiliaria, start-ups, sanidad, autoconsumo, inversión rural, comercio minorista, hoteles, alojamiento para estudiantes, entre otros.

En este sentido, cuando un Inversor presenta un determinado fondo a invertir con el fin de ejecutar la solicitud de Golden Visa, es tarea del abogado, entre otras igualdades importantes, realizar una due diligence para asegurar al Inversor que el fondo cumple con los criterios de Golden Visa, que son: (i) el vencimiento, en el momento de la inversión, es de al menos cinco años; y (ii) al menos el 60%. del valor de las inversiones se realiza en empresas con sede en Portugal. Por lo tanto, es importante destacar que, paralelamente a la selección de la inversión, que a veces es el resultado de un asesoramiento financiero por parte de un proveedor de servicios competente, el inversor también deberá poner sus mejores esfuerzos para contratar una representación legal que le proporcione un asesoramiento exento y experimentado en todos los aspectos de la solicitud que debe cubrirse a lo largo de los cinco años.